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Ito: “El respeto al veterano está por encima de todo”

En una tarde-noche de verano, el enorme barrio de Montequinto (en Dos Hermanas, Sevilla) despierta de un asfixiante día de calor. Las terrazas comienzan a llenarse mientras el sol se precipita hacia la línea del horizonte. Estas terrazas son tertulias callejeras en las que los mortales se desahogan, en compañía de familiares y amigos, de las responsabilidades y esfuerzos que les exigió la jornada, mientras disfrutan de un tinto o una cerveza bien fría.

Uno de estos templos de la charla y la amistad es el bar Los Caminantes, donde me encuentro con Andrés Alonso García “Ito”, salmantino, exjugador del Real Madrid y del Real Betis, entre otros equipos, y miembro de la Junta Directiva de nuestra Asociación. Está con dos amigas, una feriante, Adela, y una terapeuta, Inma. “Anda, tómate una cervecita y déjate de entrevistas”, me espeta directamente, sin conocerme de nada. Me siento, me presenta a sus amigas y charlamos, sin más. Otra cervecita, llegan más amigas. Por un momento doy la entrevista por cancelada y me abandono al placer de las nuevas amistades. Pero instantes después, hablando y hablando, nos mantenemos en una esquina de las mesas empalmadas y la entrevista surge en medio del guirigay.

¿De dónde te viene Ito? ¿Es una aféresis?

Sale de Andresito. Ya sabes, de pequeño te llaman con el diminutivo; primero Andresito; luego Ito para todo, y ya se te queda de mayor.

¿Cómo es un día cualquiera en la vida de Ito?

Llevo 26 años en una empresa de materias primas para el sector de la pastelería y confitería, y aquí sigo a Dios gracias, porque hoy en día tener un trabajo es muy importante.

Muy diferente a la vida del Ito deportista… ¿sigues vinculado al mundo del deporte?

No he dejado de jugar con equipos veterano. En el Betis he tenido la suerte de que me han llamado y he jugado siempre que me lo han pedido. También en mi empresa, que tenía un equipo de veteranos donde he estado más de 20 años jugando los fines de semana. Pero lo que he hecho siempre es jugar con el Betis; incluso con el Madrid de veteranos.

Una empresa con equipo de fútbol…

Sí, porque mi jefe es muy bético…

Por eso te dio el trabajo (risas)…

Bueno, no sé, no sé…

¿Por qué siendo salmantino te quedaste en Sevilla?

Soy de Salamanca, pero fiché con el Betis, me casé con una sevillana y ya me quedé por aquí. Además, mis hijos y nietos son sevillanos.

Háblame de tus comienzos en el Salamanca

Yo empecé a jugar en equipos de barrio; de pequeño no estuve en el Salamanca. En la temporada 79-80 sí jugaba ya en el equipo de tercera división del Salamanca; luego me fui cedido al Palencia, con Gento de entrenador, y antes de terminar la temporada volví al Salamanca para jugar en Primera. En un año jugué el Tercera, Segunda y Primera División. Además, ese mismo año, que además estaba haciendo la mili, me fichó el Real Madrid.

En 1980 juegas en el Salamanca, que desciende a 2ª División, pero tú fichas por el Real Madrid por 50 millones de pesetas. ¿Cómo se come eso?

Eso digo yo. Me fichó en Marzo, antes de que terminara la temporada. Como te digo, estando en la mili. Fue un buen año para mí. Jugué bien contra el Madrid y contra el Barcelona. Recuerdo que llegué a jugar en Salamanca contra el Real Madrid habiendo fichado ya por ellos. Es curioso.

En general, ¿qué recuerdas de tus años en el Real Madrid?

Llegué con 19 años, cuando estaba gente como Juanito, Santillana, incluso el mismísimo Di Stefano. Piensas: “¿qué hago yo aquí?”; tan joven… Estaba en una nube, la verdad. Con Del Bosque, Camacho… Firmé 5 años, estuve 4 pretemporadas seguidas. Yo ahora lo valoro más que antes, que no sabía ni dónde estaba. Aprendí mucho de mis compañeros: el respeto a las personas, no rendirte nunca; son valores muy importantes en tu vida. Con todos mis respetos hacia los demás equipos, es una institución muy grande. También el Betis por supuesto, son mis dos equipos favoritos.

A veces no valoras lo que aprendes hasta muchos años después…

Pasa en cualquier aspecto de la vida. Cuando estás en sitios tan importantes, muchas veces no te das cuenta de dónde estás hasta que pasan unos años y piensas que aquello fue impresionante como experiencia . Tuve la suerte de jugar en equipos muy grandes, como el Betis y el Real Madrid. Te dejan recuerdos muy bonitos, de gente importante y muy humilde, porque los grandes talentos son además humildes y un ejemplo a seguir como personas.

¿Alguien que te dejara huella de una forma especial?

Vicente del Bosque es el que más me ha marcado de esa época. Aparte de que es paisano, fíjate que, sin conocerme de nada, cuando llegué a Madrid me llevó a su casa. Estuve viviendo con él 7 meses. Me llevaba a todos los sitios y me decía: “hasta que no encuentres un apartamento bien, te quedas conmigo”. Entonces, esa persona para mí ha sido un padre deportivo. De él también he aprendido muchas cosas, entre otras, la humildad y el coraje que tenía.

Llegas al Madrid y ganas la Copa del Rey

Sí, aunque no tuvimos tanta suerte los 4 años siguientes, pues 2 veces fue campeona de Liga la Real Sociedad y 2 veces el Atlético de Bilbao. Podría haber ganado alguna cosita más con el Real madrid. Jugué muchísimos partidos de titular. Y estuve preseleccionado para el Mundial 82. Con Santilla, Cunningham, Juanito. ¡Tuve el honor de jugar con gente tan importante y tan buena!

Has estado en Clubes modestos, de nivel medio, en el considerado mejor club del mundo. ¿Qué diferencia percibiste entre unos y otros a nivel organizativo, deportivo…?

Hay mucha diferencia. Son equipos que tienen muchísimo dinero, con muchos socios, los conoce todo el mundo… hay diferencia en casi todo. Tienen a los mejores jugadores del momento. Pero diferencia en compañerismo no hay. Al final todos somos compañeros y el ambiente es igual de bueno en cualquier equipo, independientemente del nivel de cada club. En este sentido, te puedo decir que en mi experiencia, desde que empecé a jugar profesionalmente, siempre se ha tenido mucho respeto al más veterano. Se le respeta al máximo. El respeto al veterano está por encima de todo. Es lo más bonito y lo más importante del deporte, el respeto al compañero o al rival. Nadal es un buen ejemplo de todo esto.

Tras el Madrid fichas por el Valladolid.

Estuve un año cedido. Jugué al principio y luego tuve problemas de pubis y tuve que operarme. Fue un año perdido.

Y llegas al Betis. ¿Cómo fue tu aterrizaje en el Club?

Ya estaba recuperado de la lesión. Gordillo se fue al Madrid y yo llegué al Betis, efectivamente. Fue cuando Cardeñosa se retiró y pasó a ser secretario técnico. Me fichó por tres años.

Estuviste 3 temporadas (del 85 al 88). Cuéntame tu recorrido por el Betis

Tuve la suerte de estar 3 años en Primera. Fueron 3 temporadas inolvidables. Estaban Joaquín Parra, Cervantes, Antonio Ortega, Calderón, Diego, Reyes, Antonio Casado, Calleja… Fueron unas temporadas muy bonitas.

¿Cómo era el fútbol de ellos años 80?

Te digo una cosa: el fútbol es siempre fútbol. Ahora hay mejor preparación, más tecnología. Pero el que tiene talento, tiene talento. Porque el fútbol es darle patadas a un balón y hacer jugadas. Cuando dicen: ¿Maradona o Mesi? Yo digo que Maradona en esta época jugaría igual, de bien porque quien tuvo talento antes, lo tendría ahora.

Fuiste 7 veces internacional Sub 21

No lo sé, pero creo que lo fui bastantes más, porque incluso hicimos un torneo en que habían 6 o 7 partidos.

También tienes en tu palmarés una Copa del Rey y 4 subcampeonatos de Liga y Copa. ¿Satisfecho con tu carrera deportiva?

Creo que uno nunca está satisfecho. Siempre puedes hacer algo más, pero estás condicionado por las circunstancias. Incluso los grandes fenómenos que lo han ganado todo, quieren algo más. Tengo la suerte de haber estado 9 o 10 años en Primera División y de haber jugado en el Real Madrid. También estuve preseleccionado para la Selección Española. Debuté, creo que fue contra Polonia. Hicieron 2 selecciones para dos partidos y yo jugué en la B.

Te retiraste con 29 años, ¿quizá un poco antes de la media?

Estando en el Betis tuve una lesión de tobillo con muchos dolores y ya no era yo. No tuve una buena recuperación. Sí, me retiré muy jovencito, la verdad.

Pasaste por un periodo de entrenador, pero breve…

Estuve dos veces en Juveniles y Cadetes por echar una mano al presidente del Montequinto. Fue un momento de intentar enseñar a los chavales lo que había aprendido. Intenté enseñar fútbol y valores. De esa cantera salió Bodipo, que jugó en el Recreativo de Huelva, el Racing de Santander y el Deportivo de La Coruña.

¿Compañeros que te han marcado?

Tengo la suerte de llevarme bien con casi todo el mundo. No soy de llamar a la gente, pero me veo con mis compañeros. Reyes, Parra, Antonio, Salva, Calderón, Calleja… nos vemos siempre; ellos me han marcado, es verdad. Y luego Vicente del Bosque, que fue como un padre deportivo para mí. Tengo contacto con él cuando voy a Salamanca o Madrid, o cuando viene por aquí. Y con otros veteranos como Gordillo, Cardeñosa. Tengo recuerdos todos buenos.

¿Entrenadores que han sacado lo mejor de ti?

Lógicamente, los entrenadores están para sacar el máximo rendimiento al jugador. Los hay más entretenidos y más aburridos. En general creo que todos podrían haber sacado más rendimiento de mí. Creo que podría haber hecho muchísimas más cosas. Eso no quiere decir que unos sean mejores que otros. Por otro lado, el rendimiento lo tienes que dar tú, no ellos, porque lo entrenadores te ponen si te ven bien y no te ponen si no te ven tan bien. Es así.

¿Cómo ves el Betis ahora?

Cada día está mejor. Lleva dos temporadas muy buenas. Como bético que también soy, me gustaría que se metiera en Champions. Es difícil, pero creo que si siguen trabajando así pueden llegar muy alto. Con trabajo y suerte el Betis va a ser más grande.

¿Cuál es tu papel en la Asociación de Exjugadores?

No soy un hombre de directiva, pero estoy para lo que pueda ayudar. Donde me digan que tengo que ir voy, y ahí voy a estar. Y cuando me llaman también voy a jugar con los veteranos.

La conversación ha terminado. Más amigos han ido llegando. La mesa está repleta de cerveza y gambas. Ito me presenta a todos. Hablamos, bebemos y comemos en una noche de verano especial. No se hacen amigos todos los días.